Los lunes me duelen
Como duelen los lunes. Un día para deprimirte ("joder, ya es lunes") y para ser positivo ("venga, que es lunes"). Ambos ejemplos son autoengaños, pues después ni la semana es tan dura ni tampoco tan bonita. Quizá el nombre de este weblog debería ser "El autoengaño", aunque entonces olería a telenovela barata, de esas que luego compra la Primera, la de todos, y que emite después del telediario. Ay, cuanto ha perdido el telediario desde la marcha de Urdaci...
El fin de semana ha sido de los tranquilos. Bueno, todos mis fines de semana son tranquilos. Desde que dejamos las salidas, el alcohol y el Razzmatazz, hace ya bastante tiempo, la cosa ha cambiado. Los fines de semana trabajamos igual que el resto de la semana, con la salvedad que por la mañana podemos dormir, almorzamos juntos, y de vez en cuando salimos a algún sitio.
Este fin de semana, la única salida fue a las fiestas de Gràcia, del barrio. Fuimos a comer caracoles (bueno, yo no, en eso soy vegetariano :). Núria se puso hasta el culo. Yo comí el clásico lomo + hamburguesa. Luego fuimos a la feria, a jugar a una maquina que nos encanta. Tiras una especie de monedas, y cae dentro de un sitio dónde hay muchas más monedas de estas, y también hay fichas de 1, 10, 50, 200 puntos, y regalos ... hicimos 12 estrellas, es decir, 600 puntos. Algo histórico. Nos gastamos 20 y conseguimos un peluche del Shin-Chan, una hoja de marihuana a tamaño gigante y 2 llaveros. Que maestros, y que vicio con el jueguecito de marras...
El domingo, como corresponde a la canción, holgazaneamos un poco. Vimos los juegos y trabajamos por la tarde. Nada del otro mundo, salvo lo que disfrutamos viendo el voley-playa. Los juegos nos lo hacen pasar bien, no lo negaremos.
Ah, tengo nuevo disco duro. Curioso. Es de 160Gb, pero sólo funcionan 132Gb... puto XP.
Y poco más. Esta semana acabaré la nueva Muzikalia, y reinstalaré mi vida con el orden alemán que hace tiempo quiero autoimponerme. Sé que no es posible, que es otro autoengaño, ... como este weblog.
En mis oidos: Kings of Convenience
El fin de semana ha sido de los tranquilos. Bueno, todos mis fines de semana son tranquilos. Desde que dejamos las salidas, el alcohol y el Razzmatazz, hace ya bastante tiempo, la cosa ha cambiado. Los fines de semana trabajamos igual que el resto de la semana, con la salvedad que por la mañana podemos dormir, almorzamos juntos, y de vez en cuando salimos a algún sitio.
Este fin de semana, la única salida fue a las fiestas de Gràcia, del barrio. Fuimos a comer caracoles (bueno, yo no, en eso soy vegetariano :). Núria se puso hasta el culo. Yo comí el clásico lomo + hamburguesa. Luego fuimos a la feria, a jugar a una maquina que nos encanta. Tiras una especie de monedas, y cae dentro de un sitio dónde hay muchas más monedas de estas, y también hay fichas de 1, 10, 50, 200 puntos, y regalos ... hicimos 12 estrellas, es decir, 600 puntos. Algo histórico. Nos gastamos 20 y conseguimos un peluche del Shin-Chan, una hoja de marihuana a tamaño gigante y 2 llaveros. Que maestros, y que vicio con el jueguecito de marras...
El domingo, como corresponde a la canción, holgazaneamos un poco. Vimos los juegos y trabajamos por la tarde. Nada del otro mundo, salvo lo que disfrutamos viendo el voley-playa. Los juegos nos lo hacen pasar bien, no lo negaremos.
Ah, tengo nuevo disco duro. Curioso. Es de 160Gb, pero sólo funcionan 132Gb... puto XP.
Y poco más. Esta semana acabaré la nueva Muzikalia, y reinstalaré mi vida con el orden alemán que hace tiempo quiero autoimponerme. Sé que no es posible, que es otro autoengaño, ... como este weblog.
En mis oidos: Kings of Convenience
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